En algún lugar perdido de la memoria, cubiertos ya de hojas y típicas sonrisas renació este nombre. Nombre que engloba ideas, cadenas de palabras que nadie entendería y el papel revelado de mil y un visiones. Éstas, deseosas nómadas de querer situarse en cientos de puntos lejanos al olvido, y por supuesto, hacerse hueco en la concavidad de aquellos que se hicieron cóncavos en el tiempo.
Sonados títulos propios y versos de locura, no imaginen cual seria el rostro de aquellos que se hicieron querer arte o infinitos intentos. Innombrables trazos sin apellidos, hazme llamar en el vacío porque nuestro nombre se hará pronunciado.
Plenilunio de quien calló sus párrafos y encendió oscuras lecturas; de quien muerto yace atacado por pintorescas musas y se aferra al óleo, de quien no querido por los ojos mas bellos, odió la ternura y apostó su mirada a la mas bizarra de las escenas.
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