Autodidacta

Porque aún entrelazando trazos y pura poesía sin cortar, me estremezco e inacabada tienes que sentirme en tus entrañas. Como dijiste, contra producto, me hago extraña en mil sensaciones, sucia, verdadera y real. Bizarra, agarro y araño.

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Y pagamos, con los pies helados, escamas de una corta vida. Pero dime tiempo que ahorcaras horas dormidas. Dime tiempo que convaleciente esperas y desesperas las mas sufridas guerras, y que, aun muriendo en el intento seguiremos caminando. Dime tiempo, que aceptaras treguas a cambio de sonrisas y aun asi, listo y loco abrumaras nuestra vera. Por ultima vez, dime tiempo, susurrando, que al inmortal como tu se le agota la paciencia y no hay mas dura tortura; dime que traeras lloros, sollozos para devolvernos lo que nos trae cuenta. Barata y casera, esta ciudad nunca duerme.

ppl's

Entonces esa mujer con el plumas amarillo se empezó a pasear. Delante de mi, solitaria y lenta, pesada en sus pasos. Me miraba. Yo estaba apoyada en un cochecito rojo para niños, la corriente de la calle parecía húmeda. Supuse que llovía. Esperaba, esperaba a que llegara el momento en el que ella se acercara y me soltara todo lo malo que la estaba pasando. Mi paciencia se agotaba. Cada vez movía más las piernas. Tenía frío joder, y sabía que ella no tenía ganas de contarme todo aquello. La conozco, de las calles, plazas y estaciones. La gente pasaba entre nuestras caras, y aun siendo conscientes de todo esto, ella se sumergió en la muchedumbre y se acercó. Estropajoso y quemado, su pelo parecía que la fuera a comer. Estaba tísica, pero me gustaba su mirada. Es de esas personas que te miran a lo ojos y te clavan. Mientras ella hablaba observaba su boca moviendose, relentizada. Sus ojos vidriosos, su cara. Fue en ese momento cuando me di cuenta. Lo que me pasaba era que me habia enamorado de la gente.

yonqui

Brillo. Brillo de ausencia que desespera a la espera. Ser despierta, insomnia, amante de la noche para no tener que trapichear asuntos infieles con las sabanas. Buho del dia que hace jaque, te tumba y abraza, agobiante capricho del adiós para no enloquecer. Bizarra y maloliente, te quiero noche por hacerme beber lo que ves.


Y la linea que me permite escribir, sigue parpadeando.

Poesía Urbana

No esclarezcas versos. No esclarezcas, maquillaje, piel y polvos que sé que detrés andan agachadas la rima y la métrica en la trastienda. No las escondas, que quiero sacarlas a pasear, ahuyentadas, mundanas, gimiendo poesía sin estrofas ni tildes ni comas; gimiendo poesía urbana.

De esa que entristecida canta ausencias y emborracha caminatas. Y aun así guiada, es perdida entre las sombras.

the way i feel inside

angel de la guarda, ven,
porque aun bajando los escalones con ternura
hacen de mis pisadas una ahumada cordura,
que aun yendo de puntillas tropiezo y caigo,
su olor, madera de pino embasada en metrica;
ven, de nuevo,
porque al levantarme he clavado en sus pupilas
horas y cientos de aliviados, fragiles versos,
no quisiera derrumbar escaleras de colores y asi,
una vez mas, hacer de esta historia,
la fria hilada de aquello fue nuestro y ya no.

L'enfant terrible

Mano de infancia. Mano que marcó mil imágenes y metafóricas realidades. Mano que trazó de recuerdos paredes innatas de un inmersa memoria. Mano, que aún tocando la trompeta hizo de rima y métrica en lánguidas yemas, falanges ahogadas en asístoles e hiatos. De nombre Miles acompañado del Davis.

circus

Pasen y vean, que no sentirán más amargo placer y ansioso gusto de saber, conocer el cómo, cuando y por qué serán sus caras andróginas vistas, visitadas por todos. Pasen y vean, que esta noche nadie será quién aparenta; que solitario y acompasado se encontrará aquel que encuentre rincón en su propio vacío. Pasen y vean. Grandes fiestas, Grandes circos.