Que no es el peso de tu cuerpo
avalanzado tras de si
entre comisuras y granos de algodon.
El querer y no poder
que un dia, lejano y creciente,
altero los delirios de grandeza.
Buenas caras y malos ojos,
que bien sabe la victoria
cuando acechada
acaba derrotada ante ti.
Y que bello el sueño
de volar con firmeza,
y morir agotado.
Lo odio, te juro, que lo odio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario